La luz que daña la ternura
es la misma que purifica
cuando el fuego prende y
te quema las entrañas,
viscosas,
los sucios rincones donde habitan
seguridad y egoísmo.


La oscuridad que te guarda 
es la misma que reconforta
cuando el agua negra
del olvido te cubre al fin,
arrastra la compasión
e inunda la conciencia.


Cielo e infierno,
sangre, recuerdo,
paseo y la mano,
la garra quebrada 
de lo que pudo ser.




2 comentarios:

  1. he visto tu blog y una pasada de fotos


    te sigo desde ya!
    un abrazo



    enzolovers

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  2. Entre el cielo y el infierno: Triste metáfora de salvación.

    Muy bueno Arizona.

    Bsos

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